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Marina Echebarría, catedrática de Derecho: “Detrás de toda inteligencia artificial tiene que haber un responsable humano”

12.12.2022

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La catedrática de Derecho Marina Echebarría durante su conferencia en el CNIO. / Laura M. Lombardía. CNIO


Echebarría ha impartido la conferencia `Retos del Derecho frente a la tecnología´, invitada por la Oficina de la Mujer en la Ciencia (WISE) del CNIO

“Si comprendemos los riesgos que plantea la inteligencia artificial y los abordamos, responderemos debidamente (…). Estamos en una época histórica maravillosa, está en nuestras manos crear un futuro que puede ser glorioso”, aseguró Echebarría

Científicas y expertas en Derecho “debemos trabajar juntas”, dijo Echebarría, y “concebir respuestas o aplicaciones que eliminen riesgos en origen”>/br>

“En los albores del siglo XXI la tecnología nos ha cambiado completamente el contexto; cambia hasta la propia forma de ver las cosas”, dice Marina Echebarría, experta en Derecho de las Nuevas Tecnologías y catedrática de Derecho Mercantil en la Universidad de Valladolid (UVA).

Invitada al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) por la Oficina de la Mujer en la Ciencia (WISE) del CNIO, en su conferencia Retos del derecho frente a la tecnología, Echebarría se ha centrado especialmente en la Inteligencia Artificial (IA): “Si somos capaces de comprender los riesgos de la IA y los abordamos, entonces responderemos. Eso sí, necesitamos formación. Es un proceso colectivo de toma de conciencia”.

Marina Echebarría Sáenz es autora de varias obras sobre distintas ramas del Derecho. Sus últimos trabajos versan sobre temas como las plataformas digitales, los medios de pago electrónicos y los criptoactivos. Es además una reconocida activista LGBTI y una de las mayores expertas en derechos de las personas trans. Ha participado en la redacción de diversas leyes autonómicas en materia de identidad de género, así como en la de la Ley 3/2007 de cambio de sexo registral y las líneas de acción exterior LGBTI de la UE.

 “Hoy por hoy no podemos otorgar a la inteligencia artificial personalidad jurídica”

“¿Vamos a poder otorgar ya a la inteligencia artificial personalidad jurídica?”, se preguntó Echebarría en su análisis de los retos jurídicos que plantea la irrupción de la inteligencia artificial. “Hoy por hoy, no; detrás de toda inteligencia artificial tiene que haber un responsable humano. La inteligencia artificial no tiene capacidad para ser responsabilizada”.

Así pues, ¿cómo regular una herramienta tan poderosa y con un impacto potencial en tantos ámbitos sociales, desde la ética al mercado laboral? Para empezar, dijo esta experta, “tenemos que centrarnos en los derechos humanos fundamentales, en el respeto a la dignidad y la libertad del ser humano, y empezar desde ahí a desarrollar principios normativos de aplicación de estas tecnologías”.

Agencia de Supervisión de Inteligencia Artificial

El pasado 5 de diciembre Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial, anunció que la futura sede de la Agencia de Supervisión de Inteligencia Artificial estará en A Coruña. Echebarría ya aludió en su intervención a este organismo, cuya creación consideró un primer paso hacia la integración regulada de la IA en la sociedad: “Es solo un embrión de todo lo que tiene que venir después, porque esto se dirige a las Administraciones Públicas, pero fuera de esto está todo el sector privado”.

Echebarría lanzó otra relevante pregunta al aire: “¿De quién son los datos? Pues no lo hemos decidido. Los que tengan que ver con la personalidad y los derechos fundamentales se puede defender que son de cada uno; pero los económicos, ¿a quién pertenecen? Algunos tendrán que ser públicos, otros compartidos, y habrá una esfera de datos reservados. Pero tendremos que decidir cuáles”.

Este punto es de especial relevancia en el ámbito científico: “Los datos científicos puede ser de enorme trascendencia que sean compartidos, y tendrá que fijarse con criterio cuáles pueden quedar en manos privadas, lo que podría a líneas de investigación relevantes para toda la humanidad, por ejemplo, en relación con el cáncer”, concluyó esta experta.

También habló del consentimiento en la gestión de los datos personales. La regulación actual “se nos está quedando corto”, según esta experta, “porque tiene que haber una configuración sobre para qué se piden datos”.

“Investigadoras y juristas debemos trabajar juntas”

“¿Cómo aplicamos esto a la ciencia?”, se preguntó la ponente. “Los proyectos de investigación deben ir acompañados desde el principio por un criterio jurídico. Las investigadoras tienen que sentarse con nosotras [las juristas] y empezar a concebir respuestas o aplicaciones que, más allá de la solución de ingeniería, eliminen determinados riesgos en origen”, aseguró.

Con todo, concluyó Echebarría, su visión de nuestra relación con la tecnología es positiva: “Estamos en una época histórica maravillosa en la que no podemos esperar a esa línea inexorable de la ciencia que nos llevará hacia la gloria, sino que está en nuestras manos crear ese futuro, que puede ser glorioso”.

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