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Ver para investigar. Una galería visual de la Unidad de Microscopía del CNIO muestra la importancia de la imagen en la investigación del cáncer

03.01.2024

Colabora con el CNIO

Seis imágenes muestran el interior del cuerpo humano a alta resolución: estructuras celulares, posibles nuevas dianas farmacológicas, vasos sanguíneos… Se han obtenido mediante una técnica fundamental para investigar el cáncer.

La microscopía confocal es un tipo de microscopía óptica avanzada que permite ver las células y su interior con gran detalle, y en 3D.

“Esta microscopía es crítica en el estudio del cáncer, para poder entender cómo se comportan las diferentes células cancerígenas y cómo responden a los tratamientos”, dice Isabel Peset, jefa de la Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.

Para poder visualizar estructuras dentro de la célula a alta resolución hay que teñirlas.  Las distintas técnicas de tinción permiten ver simultáneamente distintos marcadores, y cómo se comportan en las células cancerígenas.

Algunas técnicas permiten visualizar células vivas, e incluso se han desarrollado métodos de súper-resolución que resuelven estructuras de 50 nanómetros (un nanómetro es una millonésima de milímetro), como las mitocondrias.

“Con la aparición de la súper resolución se descubrió que estructuras que al principio parecían difusas son en cambio muy definidas. Esto permite entender muchísimo mejor cómo funciona la célula”, añade Peset.

Células al desnudo

Imagen confocal Leica SP8 obtenida por el especialista en imagen Manuel Pérez, de la Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.

Las mitocondrias (verde) proporcionan energía a las células y, por tanto, a nuestro organismo. Los microtúbulos (rojo) son el esqueleto de las células y participan en la división, la motilidad y el transporte celular. Los núcleos (azul) contienen todo el material genético. La membrana celular (blanco) es la frontera entre el interior y el exterior de las células. La actina (cian) también forma parte del esqueleto y los lisosomas (amarillo) son el sistema digestivo de las células. Los tratamientos y las enfermedades pueden afectar a estas estructuras esenciales, y su visualización de forma simultánea ayuda a advertirlo.

El origen de todo

Imagen HCS de alta resolución del sistema Opera Phenix, obtenida por el especialista en imagen Manuel Pérez, Unidad de Microscopía Confocal del CNIO en colaboración con Vanessa Lafarga del grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO.

El núcleo de las células (azul) contiene el material genético, el ADN. En los genes están las órdenes que determinan el funcionamiento de la célula.

En la imagen se aprecian los nucléolos (rojo y verde), que son compartimentos multifuncionales en los núcleos. Su número y tamaño varía según los tipos celulares y las enfermedades. Visualizar los nucleolos es una oportunidad para encontrar nuevos biomarcadores y tratamientos.

De aquí proviene nuestra energía

Imagen STED del sistema Leica SP8 por el especialista en imagen Jesús Gómez, Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.

Esta imagen de microscopía de superresolución muestra dos estructuras celulares esenciales: las mitocondrias (verde) y los microtúbulos (rojo). Las mitocondrias proporcionan energía a las células y, por tanto, a nuestro organismo. Y los microtúbulos conforman el equivalente al esqueleto de las células; están implicados en la división celular y el tráfico intracelular, entre otras funciones.

Las células defensivas asedian el tumor

Imagen de Zeiss Axioscan 7, obtenida por las unidades de Microscopía Confocal e Histopatología del CNIO.

Los glóbulos blancos o linfocitos CD4, en rojo, y CD8, en amarillo, se infiltran entre las células del epitelio que recubre las amígdalas (verde). La distribución espacial de las células inmunitarias y su relación con el tumor, así como con otras células inmunitarias, se estudia con microscopía óptica avanzada.

Cómo se alimentan los tumores

Imagen confocal del sistema Leica SP5 por la investigadora Amparo Sánchez del Grupo de Telómeros y Telomerasa y la Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.

La formación de vasos sanguíneos es clave en el desarrollo del cáncer, ya que permite la llegada de nutrientes y oxígeno a las células tumorales. Estudiar los factores involucrados en la generación de estos vasos es esencial para encontrar tratamientos que impidan la supervivencia de los tumores. Esta imagen de microscopía confocal muestra cómo la morfología de los vasos sanguíneos (verde y rojo) es diferente en las zonas tumorales y no tumorales.

El escudo protector de los telómeros

Imagen confocal del sistema Leica SP5 por la investigadora Amparo Sánchez del Grupo de Telómeros y Telomerasa y la Unidad de Microscopía Confocal del CNIO.

Estudios recientes demuestran que la eliminación de una proteína relacionada con los telómeros (los extremos de los cromosomas), llamada TRF1, impide el origen y la progresión de cáncer de pulmón y del tumor cerebral glioblastoma. La microscopía confocal hace posible el estudio del papel de los telómeros en el cáncer, puesto que permite visualizarlos, medir su tamaño y estudiar las proteínas que los protegen. Esta imagen de microscopía confocal muestra vasos sanguíneos (verde), Trf1 (rojo) y núcleos (azul) en glioblastoma.

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