En los extremos, las investigadoras del CNIO María Currás y Bruna Calsina. Entre ellas, Juana María Cano, del Hospital General Universitario de Ciudad Real, y Rafael Morales, del Hospital Universitario La Mancha Centro. / CNIO
Entre un 10% y un 15% de los casos de cáncer tienen un componente hereditario; el resto se debe a factores ambientales.
Especialistas en cáncer familiar buscan en árboles genealógicos a familiares que puedan haber heredado mutaciones que aumentan el riesgo de cáncer. El objetivo es mejorar la prevención.
La unidad de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) estudia más de 600 casos al año. Un 30% son personas sanas con un familiar con cáncer en quien se ha identificado una mutación hereditaria.
“Una persona portadora de una mutación que aumenta el riesgo de cáncer puede tomar decisiones que la ayuden a prevenirlo”, dice la investigadora del CNIO María Currás.
Hay alteraciones genéticas –mutaciones– que aumentan el riesgo de cáncer y que se transmiten de padres a hijos. Si quienes las han heredado supieran que las portan, podrían adaptar las medidas de prevención a su riesgo individual. Podrían, en función de cada caso, desde hacerse controles para detectar el cáncer lo antes posible, hasta extirparse preventivamente un órgano sano. Pero, claro, todo pasa por que las personas portadoras sepan que lo son.
El sistema público de salud tiene especialistas que, como detectives, buscan en árboles genealógicos a las personas con riesgo de cáncer hereditario, para ayudarlas a prevenir.
María Currás, jefa de la Unidad de Cáncer Familiar del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), analiza más de 600 casos cada año en su consulta del Hospital Universitario de Fuenlabrada, asociada al CNIO. Más de una cuarta parte de sus casos son personas sanas, pero tienen a un familiar con cáncer; una madre, hermano, tía, prima… en quien se ha identificado una alteración genética que aumenta el riesgo de cáncer.
Los familiares sanos llegan a la consulta de cáncer familiar con la duda de si han heredado esa mutación. Saberlo podría salvarles la vida.
“Si una persona sabe que es portadora de una mutación que aumenta el riesgo de cáncer, puede tomar decisiones que la ayuden a prevenirlo”, dice Currás. “Una de esas decisiones puede ser, en algunos cánceres, la extirpación preventiva de un órgano todavía sano; otra, más frecuente, entrar en programas de seguimiento para detectar el cáncer lo antes posible”.
Miles de casos de cáncer en los que la prevención podría ser mayor
Se puede sospechar que en un cáncer hay un componente hereditario cuando aparece a una edad precoz –por ejemplo, cáncer de colon con menos de 50 o 55 años, o de mama con menos de 40–, cuando la persona desarrolla tumores múltiples o cuando varios familiares tienen el mismo tipo de cáncer, o tipos relacionados. Estos tumores representan entre un 10% y un 15% del total de casos de cáncer (el resto son debidos a factores ambientales y de estilo de vida, como el consumo de tabaco, alcohol, dieta poco saludable y exposición a radiaciones).
En muchos de ellos (entre el 5% y el10% del total de casos de cáncer) se conoce la mutación causante, y podría detectarse con un análisis de sangre. Teniendo en cuenta que solo en España hay casi 300.000 nuevos diagnósticos de cáncer anuales, cada año varios miles de personas en nuestro país podrían tomar medidas preventivas adecuadas a su mayor nivel de riesgo si supieran que portan mutaciones de cáncer hereditario.
Es la razón de ser de las 180 consultas de cáncer familiar en los hospitales españoles (datos de la Sociedad Española de Oncología Médica). Parte de estos especialistas en cáncer hereditario han contado en un reciente curso en el CNIO cómo intentan adelantarse a la enfermedad. Su volumen de trabajo no ha dejado de crecer en los últimos años.
“Saber que eres portador puede salvarte la vida”
La secuencia más habitual de su trabajo, explican, es como sigue. Desde oncología u otras especialidades piden a la consulta de cáncer familiar que valore al paciente y sus antecedentes familiares de cáncer; si tras un estudio genético se encuentra una mutación de cáncer hereditario, el árbol genealógico del paciente dirá “a qué familiares estudiar, y en qué orden”, dice Currás.
Los progenitores, descendientes y hermanos/as con riesgo de haber heredado la mutación, avisados por el o la paciente, pueden ir a la consulta y, tras recibir un correcto asesoramiento genético, hacerse también el estudio que determinará si son portadores.
En la consulta de Fuenlabrada, solo en 2024 “se detectaron 29 mutaciones en genes que implicarían una posible cirugía preventiva, en caso de afectar mujeres”, apunta Currás. Haber identificado a esas personas portadoras tiene un efecto cascada, porque podrá beneficiar también a sus familiares.
Pionera Angelina Jolie
Rafael Morales, jefe de la sección de oncología médica en el Hospital Universitario La Mancha Centro, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), menciona el caso de la actriz Angelina Jolie, quien, al conocer que era portadora de una mutación en el gen BRCA1 —que aumenta el riesgo de cáncer de mama y de ovario—, decidió extirparse los ovarios y las mamas de forma preventiva, a pesar de no haber desarrollado la enfermedad. Buscaba evitar el cáncer que causó la muerte de su madre, su abuela y su tía.
Desde el caso Jolie, hace más de una década, el trabajo en las consultas de cáncer familiar ha aumentado sustancialmente. “El conocimiento sobre los genes implicados en cáncer está aumentando muy rápido”, dice Currás.
Más de 100 genes implicados en cáncer hereditario
Se conocen ya cerca de 105 genes relacionados con cáncer hereditario. En cada uno puede haber cientos de mutaciones diferentes.
“Pero es importante destacar –señala Morales– que ser portador de una mutación no significa que se vaya a tener cáncer, sino que la probabilidad de desarrollar uno o varios tipos de determinados cánceres es mayor que la de la población general”. En el cáncer hereditario la influencia de las mutaciones familiares se suma a la de los factores ambientales y de estilo de vida.
Cánceres de mama y colon hereditarios
Así pues, ¿en qué medida aumentan el riesgo de desarrollar cáncer las mutaciones asociadas al cáncer hereditario? Depende del gen alterado. Se estima que hasta el 60% de mujeres con una mutación en el gen BRCA1 desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida. En el síndrome de Lynch hasta el 80% de las personas pueden desarrollar cáncer de colon a lo largo de la vida y hasta el 60% de las personas pueden desarrollar cáncer de endometrio a lo largo de la vida.
“El síndrome de predisposición hereditaria al cáncer de mama y ovario, y síndrome de predisposición hereditaria al cáncer de colon hereditario no polipósico, o síndrome de Lynch, son los más prevalentes en nuestra consulta de cáncer hereditario y familiar”, dice Morales. Otros síndromes que están aumentando en los últimos años son el cáncer de próstata hereditario y el melanoma hereditario.
“Más conciencia entre la población”
A las consultas de cáncer familiar también llegan personas que creen estar en riesgo, por considerar que hay muchos casos de cáncer en su familia.
Para Morales, esto debería ser más habitual: “Toda persona que conozca que en su familia existen varios casos de cáncer debería acudir a su médico de atención primaria para una primera valoración. Ante la sospecha de que podría encontrarse ante una persona o familia de alto riesgo de predisposición hereditaria al cáncer, será remitido a una unidad de consejo genético para su estudio”.
Cuando llega un caso en que no se ha identificado previamente una mutación causante, para los especialistas comienza una labor detectivesca: “Es muy habitual que la información sea confusa e incompleta: se sabe que tal o cual familiar murió de cáncer, pero no el tipo, o se desconoce la edad… No siempre podemos ayudar”, afirma Juana María Cano, oncóloga en el Hospital General Universitario de Ciudad Real.
A menudo el estudio genético no está indicado; de antemano se sabe que su resultado no dará información relevante, y puede incluso generar falsa sensación de seguridad: “Hay casos en que se sospecha que podría haber una causa genética, pero no logramos identificarla”, dice Cano. “No hay mutación conocida, pero no significa que no exista”.
Esas familias aún podrían entrar en programas de seguimiento que ayudaran a detectar un posible cáncer cuanto antes. Por eso, indica Morales, “es importante una mayor toma de conciencia entre la población”.
La Unidad de Cáncer de Familiar del CNIO combina la atención a pacientes con la investigación. En 2022 confirmó la identificación de un nuevo gen candidato de predisposición a cáncer de mama, que aumentaría el riesgo de padecer cáncer de mama en 2.5 veces respecto la población general.
Atención clínica que ayuda a la investigación
La Unidad de Cáncer de Familiar del CNIO recibe casos de especial complejidad de toda España. Este servicio es esencial para la investigación que realiza, centrada en identificar nuevos factores genéticos implicados en cáncer y en colaborar en la interpretación de variantes genéticas de significado desconocido.
En concreto, participan en los proyectos IMPaCT-GENóMICA e IMPACT-VUSCan, el mayor proyecto español para identificar genes que aumentan el riesgo de cáncer. También contribuyen a la Base de Datos Española de Variantes de Cáncer Hereditario (SpadaHC) una colaboración del CIBERONC (CIBER de Cáncer), IDIBELL y ICO que almacena más de un millón de variantes de unos 4.300 pacientes y a la que contribuyen una veintena de laboratorios.
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