Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Los biobancos preservan para la ciencia tejidos como tumores, uñas o sangre, y sustancias como heces o saliva. Operan bajo principios éticos estrictos.
Sin donaciones de muestras “sería imposible avanzar en la medicina personalizada”, afirma Eva Ortega, directora del Biobanco del CNIO. “Con los biobancos la sociedad se implica directamente en la investigación”.
En el Biobanco del CNIO recae la dirección del nodo español de la Infraestructura Europea de Biobancos, que pone a disposición de la comunidad científica las muestras de 700 biobancos de 24 países, además de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer.
“Detrás de cada muestra que nos donan los pacientes hay puesta mucha esperanza; a cambio debemos darles respuestas, el conocimiento obtenido gracias a la investigación que esas muestras hacen posible”. Así resume Eva Ortega-Paíno, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), la función de los biobancos, infraestructuras cada vez más importantes en la era de la medicina personalizada. Ortega dirige el Biobanco del CNIO, en su día el primer banco impulsor de la red de tumores en España y que hoy es, para los investigadores españoles, la puerta a una de las mayores redes internacionales de biobancos.
“Los biobancos son la manera en que la sociedad se implica directamente en la investigación, y con un papel cada vez más protagonista”, afirma Ortega. “Sin la información que recabamos de las muestras sería imposible avanzar en el diagnóstico precoz del cáncer y en tratamientos diseñados cada vez más a medida de los pacientes, con menos efectos secundarios”.
Los biobancos recogen, almacenan y gestionan todo tipo de muestras biológicas: tejidos sólidos (tumores, pelo, uñas) o líquidos (sangre), y sustancias como orina, heces o saliva. Las acompañan de datos clínicos. El material se trata cumpliendo estándares de alta calidad y siguiendo una regulación estricta, con principios éticos basados en el consentimiento de los pacientes.
57 biobancos en España
Hoy día el Biobanco del CNIO alberga las muestras de más de 8.500 donantes de linfomas, neoplasias ginecológicas y digestivas, carcinomas mamarios, casos no neoplásicos y cultivos primarios de piel. En conjunto cuenta con más de 36.000 muestras de tejidos. Pertenece a la Plataforma Nacional de Biobancos y Biomodelos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en la que el área o “hub” de biobancos cuenta con 57 biobancos, coordinados por Eva Ortega.
En el Biobanco del CNIO recae además la dirección del nodo nacional en Infraestructura Europea de Biobancos (BBMRI-ERIC), una de las mayores infraestructuras de este tipo en el mundo. BBMRI-ERIC reúne más de 700 biobancos que trabajan de manera integrada, facilitando el acceso de la comunidad científica internacional a la información clínica y muestras biológicas.
Para la medicina personalizada y la investigación en enfermedades raras
La información que se extrae de las muestras es cada vez más rica y variada, a medida que se desarrollan las tecnologías para investigación. Por ejemplo, conocer al detalle los genes que se expresan en cada tejido, las proteínas o los metabolitos permite buscar biomarcadores para diagnosticar enfermedades antes de que aparezcan los síntomas, pronosticar su desarrollo en cada paciente o predecir la respuesta a fármacos.
Los biobancos también son esenciales para la investigación en enfermedades raras: “Se trata de calidad, pero también de cantidad. Los biobancos, en especial las infraestructuras en red, multiplican las posibilidades de acceder a muestras de casos muy poco frecuentes”, dice Ortega.
La muestra puede agotarse, la información que se genera no
Además, aunque los investigadores no tienen acceso a la identidad de los donantes, la codificación en los biobancos permite la trazabilidad de las muestras, de manera que, en ocasiones, si el proyecto lo requiere, es posible complementar la información biológica y clínica con datos adicionales como, por ejemplo, el estilo de vida.
Fotografía 2: Las muestras sólidas se fijan en bloques de cera, parafina, que después se cortan en láminas muy delgadas con un microtomo (en la imagen).
“La información que se extrae de las muestras es infinita”, señala Ortega. “La muestra puede agotarse, pero la información que se genera queda a disposición de la comunidad científica y seguirá siendo útil para producir conocimiento”.
Investigación en metástasis cerebral, en efectos del jet-lag y en infecciones víricas
El Biobanco del CNIO alberga RENACER, la Red Nacional de Metástasis Cerebral, la primera colección de muestras vivas humanas de metástasis cerebral en todo el mundo. En solo dos años, las donaciones de una veintena de hospitales han permitido construir una colección de muestras de más de 150 metástasis cerebrales, un recurso esencial para llevar a cabo estudios básicos y clínicos.
El Biobanco del CNIO también alberga muestras necesarias para estudiar los efectos del desfase horario crónico (el jet-lag) en las células del sistema inmunitario, con la ayuda de la Asociación Española de Tripulantes de Cabina de Pasajeros (AETCP).
Otro de los proyectos internacionales en que el Biobanco del CNIO es clave es REACT (Respiratory Host Pathogen Interaction), que investiga tres enfermedades causadas por virus: el Covid-19, la gripe y el virus RSV, causante de bronquiolitis. El Biobanco del CNIO construirá cohortes de personas que han tenido una o varias de estas enfermedades, para extraer y preservar células T vivas de las muestras.