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Ana Maiques, presentando en el Auditorio Margarita Salas del CNIO el sistema de estimulación craneal desarrollado en su empresa, Neuroelectrics. Crédito: Laura M. Lombardía.
Entre los mensajes de Maiques, la importancia de perseverar: “cuando persigues tus sueños el camino es muy difícil. No va en línea recta. Encuentras fracasos, decepciones y equivocaciones…”.
Maiques estudió Económicas y empezó a trabajar en una empresa aeroespacial en Bruselas. Cuando esta entró en bancarrota, ella y su esposo, Giulio Ruffini, matemático y físico, fundaron una empresa de análisis de datos de satélite, Star Lab. “El emprendimiento no es una vocación con la que naces, es una decisión que tomas en la vida y que implica el riesgo más elevado”, dijo Maiques en el CNIO.
Esta compañía no salió adelante, pero la casualidad abrió otro camino. Un neurocientífico les pidió a Ruffini ayuda para interpretar datos de electroencefalogramas para un estudio sobre alcoholismo. Maiques llegó así a la neurociencia como vía para ayudar a otras personas.
La electricidad del cerebro
Tras diez años de investigación desarrollaron un dispositivo en forma de gorro con electrodos que recogen señales eléctricas del cerebro. “Lo más fascinante es que cualquiera de esos electrodos puede inyectar corrientes eléctricas en el cerebro, de modo que es una especie de sistema de lectura y escritura no invasivo”, explicó.
Con Neuroelectrics, de la que Maiques es CEO, decidieron aplicar la estimulación transcraneal en enfermedades neurológicas. En 2014 se trasladaron a Boston (EE.UU.) para un primer ensayo con 20 pacientes de epilepsia. Actualmente realizan un ensayo con 120 pacientes de varios países, entre ellos España. También investigan el uso de esta técnica para tratar depresión y Alzheimer, y han conseguido financiación competitiva del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés).
Emprendedora con numerosos reconocimientos, Maiques destacó la importancia del networking: te permite “tener a quien llamar cuando tienes dudas (y tiene muchas cuando diriges tu empresa, estás muy sola ahí arriba)”.
Cambiar las reglas del juego
En Estados Unidos se dio cuenta de que ser mujer le suponía un lastre a la hora de buscar financiación. Una experta le dijo que “si el proyecto de una mujer obtiene capital inicial de empresas de inversión lideradas por mujeres, sus posibilidades de conseguir una segunda ronda caen en un 50%”. Sin embargo, asegura que “si añades más esfuerzo a tus objetivos, puedes llegar a cambiar las reglas del juego”.
En cuanto a los retos del futuro, Maiques se mostró convencida de que se van a resolver con “ciencia y una visión ética. Los científicos y los empresarios tenemos el potencial de determinar la ética de lo que hacemos”.
Y enfatizó su confianza en la investigación europea, aunque considera que “Europa tiene que levantarse y convertir la ciencia en dinero. Ponemos el dinero de nuestros impuestos en la ciencia, y tenemos la responsabilidad de trasladar esa ciencia a los negocios y recuperar ese dinero”.
La conferencia completa puede verse (en inglés) aquí.